El niño rosa



Érase una vez, un niño de color rosa.  Con la piel rosa y el pelo rosa.  Cada vez que el niño rosa salía a la calle, se sentía observado por todo el mundo, y allí a lo lejos veía como los demás niños se burlaban de él.
El niño rosa era tímido e inseguro y apenas se relacionaba con otros niños de su edad.  Le daba vergüenza salir a la calle y siempre prefería quedarse en casa para estar a salvo de las burlas y las risas de los demás.
La mamá del niño rosa no era rosa como él, pero siempre vestía con ropa y zapatos de color rosa para que su hijo no se sintiera distinto.
Un día el niño rosa cayó enfermo.  Le subió tanto la fiebre que el rosa de su piel se desvaneció por el calor.  Su piel y su pelo habían dejado de ser de color rosa.  Ahora eran de color carne.
Cuando se recuperó, ni su piel ni su pelo volvieron a ser de color rosa, pero en cambio, el niño rosa (que ya no era rosa sino de color carne), comenzó a ver como todos los niños que se habían burlado alguna vez de él se volvían de color rosa.



Esos mismos niños que lloraban desconsolados, sin saber que hacer, le pidieron ayuda desesperados por su situación. No les gustaba ser de color rosa.
El niño rosa (que ya no era rosa) no dudó ni un segundo en ayudarlos.  Para ello pensó en varias opciones.
Pensó que, si se bañaban en agua caliente, volverían al color de antes. Pero no funcionó.
Se le ocurrió, que quizás, bebiendo mucha sopa caliente volverían a recuperar el color carne de la piel, pero tampoco funcionó.
Los niños rosas, quemados por el agua caliente y con la barriga hinchada de beber tanta sopa, se sentían tan avergonzados por su aspecto que se dieron cuenta de la injusticia que habían cometido burlándose del niño rosa (que ya no era rosa).  Así que le pidieron perdón.
A la mañana siguiente, los niños rosas, hinchados y quemados se despertaron con una tremenda alegría, al ver, que sus cuerpos volvían a ser como antes y sus pieles eran de color carne.
Así fue, como a partir de ese día, el niño rosa (que ya no era rosa) y el resto de los niños que volvían a ser como antes, comenzaron a ser amigos y a jugar juntos todas las tardes a la misma hora y en el mismo lugar donde el niño rosa (que ya no era rosa) nunca se atrevió a ir por ser rosa y diferente a los demás.


También lo podéis leer en: 

https://www.boolino.es/es/blogboolino/articulo/el-nino-rosa/

Comentarios